De vez en cuando me gusta tomar aire, apartándome del resto aprendí a encontrar respuestas y resolver acertijos internos...
Suspenderme del contacto con mi entorno me ha servido para desintoxicarme de la influencia de las exigencias del día a día, pensar en lo que quiero y no en lo que debo hacer, darme ese permiso...
Creo que en este momento es sano para cualquier ser vivo estar consigo mismo, sentarte, tomar un cafecito con tu consciencia y disfrutar de la intimidad que es solo nuestra.
Veo que a lo largo de gran parte de esta vida que me ha tocado ejercer, he huido de esos momentos donde siento que se avecina un colapso inminente.
Sin embargo, me he estado acostumbrando a olvidar esa ineptitud que me caracteriza para afrontar la soledad, me he obligado a verla llegar y aceptarla como un capitulo para crecer.
Mi cabeza da mil vueltas, tantas que a veces me desgasta, quizá producto de mi pensamiento mutante, que va modificándose buscando una verdad que no siempre existe, buscando consonancia entre lo correcto y lo incorrecto, y es muy difícil, porque vivo constantemente buscando sentido a lo que sucede, a lo que siento, y lo que necesito.
Se me hace complicado encontrar un punto medio, quizás eso esté dado por mi espíritu rebelde, por ese ímpetu radical de no saber caminar los puntos medios, o la ineficiencia de mis retinas de percibir lo agradable de los grises, mi talento ineludible para saborear solo los extremos.
Ya no se quien escribe hoy aquí, ya no reconozco esa que era, y no entiendo muy bien en que consiste eso que soy, trato de desdoblarme y verme con los ojos de la objetividad, y si, efectivamente entiendo que algo anda mal, algo ha cambiado, pero no logro identificar el bache, por más que me desvelo y me reviso no consigo las costuras.
Lo único verdaderamente cierto es que no me siento conforme, y seguiré en esa búsqueda, necesito reeditar mis propios principios, desdibujar las dudas y construir mis propias fronteras, mi horizonte vital.
Necesito rescatar esa esencia que ciertamente sigue por aquí, en alguna parte de este cuerpo ya que puedo sentir su energía, su presencia, pero por alguna razón no puedo ver su color.
Lo que si tengo claro, es que mi trabajo por superar esta etapa, se basa en declararle la guerra al auto sabotaje, sigo luchando, voy armada, me enfrento al rescate de ese sentido común que en estos momentos esta cegado por el velo de duda, y me envuelvo con el escudo de mi más fiel amigo, el tiempo.
15-12-10
15-12-10
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