Divertido... sí, al principio.
Emocionante el hecho de vivir con ese sustico en el pecho, de saber que estaba caminado en la cuerda floja...
Luego vino el vació, me cansé, abrí la puerta y lo dejé ir.
Me fui por otro lado buscando ese otro extremo que me diera el calor que necesitaba para apagar el hielo.
Encontré otros brazos, también prestados a parecer. Era como repetir el mismo guión en un cuerpo nuevo, para obtener una réplica a pulso de esa sensación, ese sentir y no sentir nada, esa emoción tan nueva y tan vieja, tan diferente y tan parecida.
Ese peligro que enloquece y te seduce con la excusa de vivir el momento.
Es como tener a alguien y no tener nada, es vivir el día a día corriendo peligro de estar perdiendo el tiempo y
creerse la mentira de que así estas bien y no necesitas más nada...
Así he caminado este paseo por la vida, he sucumbido y he claudicado.
Me he conseguido con muchos conatos de emociones efímeras acompañadas de una verdad y una mentira.
Una de ellas me decía que me gustaba vivir en las sombras y la otra me gritaba que corriera en busca de otra cosa que no se muy bien que era.
Hoy no se cual de ellas es la verdad ni cual es la mentira... Pero no quiero averiguarlo tampoco.
He sido consecuente con mis necesidades y me he apartado de ese karma que me persigue donde quiera que voy, me he sentado a esperar a ese indicado, a ese que según pronósticos optimistas y novelescos va a llegar.
Me queda un profundo cansancio, un desgano hacia ese tipo de vida que me relega al silencio, que me condena a ser la chica que sale con el chico con el que no llegará a nada...
Con quien compartes una porción de tus días, de tu tiempo y de tu cama en algunos casos, pero con el que finalmente no tienes un principio ni tienes un fin.
Entonces a ratos se me alborota el sentido de pertenencia y me empiezo a encaprichar por tener el título de propiedad de mi misma.
No quiero más besos furtivos, ni ese toque salvaje de adrenalina que te ciega.
No quiero uniones accidentadas con perfiles peligrosos no aceptados por el resto.
No quiero un hoy estamos mañana no sabemos.
No quiero esconderme, ni ser la mujer que sale a divertirse y a vivir la vida porque ésta es muy corta...
Nunca lo he querido.
Más bien quiero encerrarme en mi casa a ver películas con un hombre que no tema relacionarse, que me de un lugar en su vida y que le guste hacerlo.
Quiero sexo con amor.
Quiero detalles en las fechas importantes y ser amiga de su madre.
Quiero dormir abrazados y bañarnos juntos.
No quiero boda, no quiero un título social, pero quiero un compromiso de corazón.
Quiero que tolere mis defectos, y que valore mis virtudes.
Que me quiera por lo que soy y no por lo que puedo darle.
Que me lleve de la mano con orgullo y sepa lo mucho que valgo.
Quiero algo genuino, no quiero aparentar...
Por eso estoy sola, porque merezco mucho más de lo que me ofrecen...
Porque estoy segura de lo que soy y lo que quiero, porque es momento de amarme y darme un tiempo.
Porque soy una mujer y no una niña.
Porque ya no quiero conformarme con pedazos...
Y porque quiero todo, o nada.

Seguiré esperando...