Como si no te conociera, como si de forma arbitraria olvidas que yo se leerte entre líneas, que te conozco más de lo que estas dispuesto a reconocer. Así actúas, como pensando que aun puedo caer rendida a tus pies y ser nuevamente carne de tu asador.

Como si no supiera que lees mi blog y no lo dices,  que crees que todo lo que escribo es para ti, como si no conociera tu problema de protagonismo eterno.
De esa manera juegas a hacerte el tonto, e intentas manejarte con palabras ambiguas que me hagan caer en posiciones que te beneficien, que te hagan ver como el chico que entiende las indirectas que le arroja esa pobre niña que ha quedado prendada por sus encantos sexuales insuperables.
Y yo me pregunto: ¿qué coño de tu madre te crees? ¿qué te hace pensar que sabiendo realmente quien eres todavía me quede una pequeña intención de perder mi tiempo contigo? o mejor aun, ¿crees que tu triste pene vale tanto como para rebajarme de esa forma? NO.
Mientras, yo me rió de ti en silencio, desde aquí, con algo de lástima porque muestras tu complejo de inferioridad, y tu necesidad de sentirte siempre el controlador de las situación.
No te amé, ni antes ni ahora. Solo me enamoré de esa perfecta ilusión óptica que me cegó no solo la vista, sino el entendimiento y el sentido común. Nunca fuiste para mí, nunca me mereciste, nunca fuiste tan perfecto para mí, ni tan a la medida, nunca fuiste pues, no eres, y jamás serás.
No eres un icono sexual, ni un adonis de las palabras, ni mi fantasía involuntaria. Ya no pienso en tí, ni en tus manos, ni en todo lo que en algún momento pensé sería inolvidable, no eres inolvidable.
Tampoco besas tan bien, y eres un poco aburrido para mi gusto, aparte muy blanco, y muy apartado al tipo de hombre que usualmente me gusta. 
A decir verdad nunca me llegó a gustar tu nariz, ni tampoco otras cosas que no diré por no ser demasiado sincera. 
Ya no me importa a quien besas ni a quien le haces el amor, tampoco a quien engañas ni a quien tienes en la lista de espera, así como tampoco me importa en que nivel de estima en el total de tus afectos me encuentro.
Pero sobre todo, es necesario que tengas claro que no estoy anotada en la lista de espera, lanzado flechazos al viento, con mensajes subliminales que te digan: - ven, hagámoslo sin compromiso. 
No, insisto. No eres tan importante como para eso, no vale la pena, y aparte ya no lo deseo.
Ya no me gustas, ni tu voz, ni lo que dices, ni como piensas, ya se acabó el mercurio retrógrado que me tuvo idiotizada y sin remedio. Ya pasaste, ya se acabó.
De modo que entiendo muy bien cual es tu juego, y apostaría a que tu ego necesita la reafirmación de algo, no se.
Por ahora puedo ser yo quien te de el gusto, mientras solo me rió, te sigo el juego y te hago sentir macho por un rato, pero en algún momento, vas a entrar a mi blog, a curiosear, a ver que tanto te amo y que tanto te extraño y te sorprenderás de lo tremendamente idiota que has sido.
Y no tendré que volver a darme mala vida por tener que aclararte absolutamente nada, te quedará muy claro, y no dirás nada, no reconocerás que me lees y que te volví a agarrar la seña, que te conozco lo suficiente y más, como para predecirte.
Como para saber que se te hinchan las gónadas al sentirte el macho dominante, eso está muy bien. Pero no dura siempre. 
Mientras, yo me rió a solas y dejo ser, te dejo sentirte el rey mientras te dure.
Porque entre otras cosas, lo necesitas, de eso dependes. 
Por otra parte, seguiremos siendo maduros, ese tipo de gente centrada que ha dejado el pasado atrás y que se comporta como adultos, sí, sí, eso seremos, pero más nada.
Es bueno que sepas que ya no quiero vino, ni sushi, ni salidas, ni una pizca de esperanza, ni un quizás, ni nada. No tengo otras intenciones contigo que no sea seguir siendo ese tipo de gente madura que se comporta como adulta. Más nada, una vez terminado el punto.
Espero te quede lo suficientemente claro como para que no sigas pensando que cada palabra que escribo, o que digo es una señal ineludible de que quiero algún tipo de roce sexual u ocasional. 
No, ever. Aclarado el punto, y sin nada más que acotar, te dejo con tu complejo.
...Mientras yo me río en silencio.!

26 de septiembre de 2011