Si me encierras donde mi alma no cante, me matas aun teniendo vida, quiero música para reinventarme y dar razón a esta existencia, en un mundo donde nadie dice lo que siente, y todos hacen lo que deben. Así podría comenzar a enunciar muchísimas cosas que me hacen sentir todo eso, sin embargo me quedaré solo en lo que me llevó a escribir, el motivo por el cual me siento frente al monitor y empiezo a exorcizar fantasmas e ideas misceláneas.

Siempre cuando estoy callada y revisando muchos pensamientos me sucede lo mismo, trato de encontrar algún tópico que me permita escribir así sea por excusa, y desprenderme de lo que no puedo guardar por mucho rato, entonces comienzo a exponer sobre lo que muchas veces tengo que aplazar por otras prioridades, algunas veces tengo la impresión de que no son prioridades mías, son exigencias que se presentan y que gústeme o no son y serán la escalera para poder tener algo que hacer y no morir de hambre.

Hay una forma de expresar como puedo llegar a sentirme por momentos, y es precisamente como un ahogo, que solo puede compararse con la sensación de ver un pajarito esta en una jaula, aunque no puedo decir a ciencia cierta que siente él, pero creo que por su naturaleza debe sentirse muerto en vida, y aunque suene muy fatalista, he podido llegar a sentirme muy ahogada en ocasiones, haciendo cosas por hacerlas, llevando la vida y cumpliendo, solo cumpliendo, pero haciendo nada que me haga sentir llena, me pregunto si es que acaso la mayoría de las personas viven así, porque creo que muchos lo ven normal, se les olvida soñar, creen que solo hay que seguir la receta y ya.


Veo que una de las consecuencias de volverse adulto es también perder buena parte de la capacidad de creer en los sueños, en perderle el gusto a las inconsistencias de la vida, y yo me niego. Yo necesito sentir, necesito poder respirar y ser yo misma en cada latido, poder hacer lo que mas amo, lo que me hace feliz.

Yo necesito poder amarrarme a algo que me alimente el alma, y no simplemente cumplir el mandato, no le encuentro el sabor a los deberes si se hacen de manera aislada de tus propios instintos y necesidades internas.

Entiendo perfectamente que no siempre se pueden hacer las cosas tal y como quisiéramos, pero creo que de excusas nos vamos llenando para dejar de intentar al menos cambiar ese rumbo que no nos esta llevando hacia la plenitud de nuestro ser, hacia la libertad de nuestra alma.

Que importante es poder levantarse en la mañana y tener ganas de ir al sitio donde pasarás todo el día, probablemente haciendo muchas cosas, que bajo mi forma de pensar deben gustarte, llenarte, hacerte feliz, de no ser así, entonces ¿de que ha valido la pena vivir?

Creo entonces que solo seria llenar ese espacio de existencia donde Dios nuestro padre nos otorgó un cuerpo que movemos a nuestra discreción, solo inercia, movimiento, reflejo, condiciones no tan inanimadas, pero que nos convierten en cosas, nos hacen autómatas y los constructores de nuestros propios muros de contención.

En resumidas cuentas, solo cumplir el mandato nos hace seres improductivos, porque probablemente llenemos las necesidades monetarias y tengamos una cierta estabilidad en cuanto al modo de vida que llevemos, pero ¿que hay de nosotros? de lo que nos completa, lo que nos hace complejos, lo que nos vuelve sentimiento, emoción, alegría, tristeza, lo que nos da libertad, ¿a donde se va ese niño que tenemos dentro? ¿acaso crece y se nos olvida como soñar?.

Sea como sea, no me quiero conformar, quiero vivir soñando aunque al final del camino me despierte y me convenza de que tampoco ha servido de mucho, pero al menos intenté hacer mis dias mucho mas significativos para mi alma que para mi entorno.