Después de una soberbia y testaruda vida convencida de que me la estaba comiendo, asumiéndome como una suerte de erudita en control de emociones, psicóloga a destajo, y arregladora de vidas ajenas, hoy vengo a darme cuenta de que creyendo saberlo todo, jamas supe nada.

Vine a caer en cuenta de que he caminado por este rumbo sumida en el mar del drama, patológicamente viví siempre así, castigada por la lastima de mi misma, y el apego enfermizo por personas de mi entorno, cuyo rostro usé como excusa; ya que en reiteradas ocasiones disfracé "eso" que solo yo sentía y lo mal llamé felicidad.

¡Pero que fuerte vale! es que yo misma lo leo y me siento infinitamente miserable, sin embargo, no se trata de eso, esto es lo que yo llamaría "el renacimiento" o ese proceso en el cual yo misma prendo mis llamas internas para purificar, para aniquilar fantasmas que han estado molestando desde hace mucho más de lo que ahora podría recordar, comienzo a sentirme un Ave Fénix, empiezo a ver la luz al final del camino.

No se trata de hacer escándalo, ni de armar demasiado rollo por el hecho de desnudarme internamente y darme cuenta de que todo lo que me ha pasado es resultado de mi auto maltrato, de mi poca capacidad de tomar las riendas, de mi insuficiente toma de decisiones, de mis inseguridades, temores y dudas, de mi insultante fragilidad.

Siempre fui culpable, nadie más que yo misma, por cobarde es que aprendí a refugiarme en el melodrama, a conformarme con ser solo un manojo de frustraciones. Disfracé mis necesidades en carencias, y las carencias en puñales que utilizaba para autoflagelarme, y llenarme de culpas que me atormentaron creo que gran parte de mi hasta ahora corta vida.

Hice de la soledad esa cárcel donde me volví insegura, temerosa y donde me convencí de creer esa historia de cuentos de hadas, y princesas atrapadas en castillos blancos, en la larga espera de aquel príncipe azul que me salvaría, cosa que jamas pasó pero que me gustaba creer, no para vivir de la maravilla de la fantasía, sino para seguir hundiéndome en la idea absurda de que no merecía ese final, que simplemente era posible que esto pasara, pero yo no lo merecía.

¡Por Dios esto es verdaderamente patético! siento ganas de borrarlo todo y jamás decirlo a nadie, confieso que me da algo de pena ventilar a otros ojos lo que me acaba de golpear de frente y sin anestesia.

Era una suerte de sonambulismo asintomático, donde yo aun sin saberlo, sin poder expresarlo, identificarlo, o intuirlo, me sentía a gusto, en dos platos me gustaba creerme ese mojón, para seguirme justificando toda esa dosis inclemente de infelicidad, producto de lo que atribuía a mi mala suerte y mi desdichada vida.

Pero señores no voy a borrar esto, porque quizás este sea el descubrimiento de mi vida, el paso hacia el perdón de mi misma, un camino que no había tomado porque no sabia que existía, me di cuenta de que convertí mi gran fortaleza en mi gran debilidad, la cual me ha hecho tanto daño, y me ha hecho perder tantas veces, que no me ha dejado ser libre de mi propia prisión.

Esto es la primera piedra hacia la construcción de mi libertad, pero no la libertad física, sino mi libertad emocional, me doy cuenta de que todo tiene sentido ahora, puedo ver claramente el porqué de siempre los mismos desenlaces irritantes y llenos de signos de interrogación.

Quise tapar algunos huecos internos con algunos parches cargados de gritos silentes, gritos que internamente me decían: "este no es el camino" gritos que en el fondo demarcaban la necesidad de firmar la extradición de la soledad, gritos desesperados que jamás nadie escuchó, que nadie entendió, ni yo misma hasta ahora.

De allí toda mi lucha, mi complicación, mi dualidad, mi amargura, mi desesperación, mi inseguridad, mi contradicción, mi dependencia, mi hostilidad, mi rebeldía, mi predisposición, mi tormento, mis fantasmas, mi fracaso, mi frustración, mi rabia, mi drama, mi desconfianza y finalmente mi soledad, que es donde el ciclo empieza a repetirse sin cambiar una sola palabra, misma hora y mismo canal, sin modificar el libreto, este ha sido mi circulo del mal, mi circulo vicioso, y mi condena eterna.

Hoy ya no me interesa mucho si soy victima de las circunstancias, o ejecutora de mi flagelo, autora intelectual o excavadora de mi propia tumba, poco importa porque eso solo agrega peso o lo quita, el asunto aquí es que este descubrimiento representa, la cancelación de la fianza que me toca pagar por mi condena, el paso a mi libertad emocional y espiritual, para manejarme mejor en el ejercicio de mi vida, para no vivir en eterna pugna, finalmente para ser más feliz e independiente, para no seguir calculando mi felicidad en función o la compañía o atención de otros, para pensar en grande.

Resulta que en esta oportunidad me volvio a pasar lo que nunca me habia dejado de pasar, me volví dependiente de un "alguien" definitivamente embalsamada por las mieles del ideal de amor perfecto, a mi medida, como lo esperé -pensamiento novelesco al fin- el mismo perfil masoquista, enfermizo, dependiente, necio y testarudo, pero que esta vez me sirvió para abrir los ojos y darme cuenta de que siempre estuve enamorada del amor y no de un rostro, no ahora sino siempre.

Ahora veo claramente como me he perdido de vivir muchos momentos, instantes que quizás no durarían mas que un corto tiempo, pero que seria momentos hechos a la medida de la circunstancia, prestos a la dinámica propia, que no busca y no espera nada, solo vive.

Y yo por mi parte siempre pretendiendo acaparar atenciones, siempre con la idea fija de pensar inútilmente "esta vez si" y de verdad, cuanto llanto y malos ratos me habría ahorrado, con el hecho de sencillamente tomar cada cosa como es, sin complicarme tanto, sin ostentar tanto, sin anhelar deseos aplicables a cualquier individuo, ¡que perdida de tiempo!

En este momento es que entiendo que así tuvo que ser, todo este gran aprendizaje que tengo, todo este camino largo y doloroso me ha traído hasta aquí, ademas encontrando estas respuestas en mi misma y por mi misma, para hoy decirme con voz fuerte y autoridad, "ya basta, no más"  ahora vive, vive todo como se te está presentando, no maquines tanto, no muevas tanto la tierra buscando oro, simplemente recoge la rosa que florece en el jardín y olvídate del resto.

Hoy renuncio al auto sabotaje al que me he supeditado siempre, me envuelvo en humildad y reconozco el daño que me he hecho ignorando esos gritos silentes y creyendo que todo lo sabia.

Lo cierto de todo, es que solo quiero vivir, y vivir bien, sin hacerme daño, desprendiéndome de todo eso que me ata al mundo de fantasía que me inventé, siendo una persona nueva y más sana emocionalmente, viviendo intensamente mi vida y asumiendo cada cosa como lo que es y en su justa dimensión.

01/12/10