En este momento pienso que cuando decimos ser inteligentes
solo tomamos el camino más difícil...
Algunas veces, solo algunas... ser maduro no está en uno, y solo tratamos de aparentarlo...
Quizás por un poco de aprobación de otros...
Por encajar en el molde...
Por llevar la fiesta en paz... o porque nos gusta parecer adultos a ratos...
Luchamos contra un montón de rabia o de sentimientos encontrados que le confesamos a la almohada...
Somos fieles al formato pero no a nosotros mismos...
Callamos, nos tragamos la ira, lloramos a solas, nos creemos astutos...
Y a veces, solo a veces...
Somos libres de nuestra prisión...
Fingimos una convicción casi real de ser la antítesis de nuestros deseos...
Y decidimos dejarlo en manos del destino, de la vida, de un ser supremo,
De alguien que por gracias divina venga a cobrar las cuentas... en fin, de una excusa...
Pero hay momentos, donde con sinceridad taciturna nos entregamos a ser espontáneamente infantiles...
Ese traicionero Alter Ego nos domina y nos hace ser todo lo que el superyó nos censura...
Nos volvemos animales viscerales, movidos por el más puro instinto de supervivencia...
Damos unas cuantas patadas de ahogado y uno que otro
berrinche de malcriadez...
No revolcamos en hiel, pero somos un poco más reales...
Y ¿esto está mal? No lo se, pero dejamos de parecer para ser...
Entonces ¿está bien? Tampoco lo se...
Los más fieles representantes de la inquisición social en la que vivimos dirían que no...
Yo podría decir que alguna vez merecemos ser un poco tontos...
Parecer estúpidamente desubicados,
pero seguir esa voz interna que no te deja dormir en las noches
Y que callamos para poder seguir las reglas...
En algún momento podemos dejarnos llevar por la rabia y ser imbéciles...
No te lleva a nada, pero al menos te convences por ti mismo de eso...
Y no porque la receta te dice como se cocina el pastel de tu vida...
Solo quien tiene la valentía de equivocarse estúpidamente
Y tener la santas gónadas para decir, no me importa, me apego a mi rabia...
Tiene el derecho merecido de arrepentirse o no...
Pero de haberlo hecho,
y no de haberlo vetado en el baúl de los malos pensamientos.
Ese otro lado nuestro que no siempre es diplomático...
Que no dice buenas noches si no lo desea, que no se sienta a la mesa...
Que no cumple protocolos incómodos...
Y que finalmente es fiel a sí mismo...
Que llora si quiere y que grita si es el caso...
Y no hablo de ese rebelde sin causa que alguna vez tenemos por dentro...
Hablo de todo lo que alguna vez deseamos hacer y no hacemos...
Lo que no pensamos tanto y se nos sale de manera irracional...
Cuando no usamos la cabeza y nos estrellamos contra todo...
Ese otro que a veces callamos, no es más que lo que somos internamente...
Ese otro que se acostumbra a obedecer y callar...
Mi Alter Ego, Tu Alter Ego...
De manera que de haber sido inmadura no me arrepiento...
De haber mostrado mi lado oscuro,
ese lado que ciertas situaciones me han hecho descubrir...
No es motivo de vergüenza, y tampoco de orgullo...
Simplemente mi otro yo,
vino a conocer a esa persona que todos ven...
Y decir... "cuídate de mi"
Porque no vendrá otro a destruirte, lo haré yo misma sin que te enteres...
Ese YO se presentó ante mi misma, y me declaró la guerra...
Firmó la carta como mi peor enemiga...
Ese es mi as bajo la manga y mi condena si no tengo prudencia...
Pero finalmente, mi Alter Ego, esa parte que no conocía...
Me hizo darme cuenta, que si ni uno mismo se conoce...
¿Cómo tenemos la desfachatez de pretender conocer a otros?
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