Un parapeto de verdad a conveniencia... muchas fachadas, muchas caras.... dobles vidas...
Eso que condenamos, esa mala costumbre que nos invade sin percatarnos,
que sin mostrar resistencia vive entre nosotros, es la otra cara de nuestra moneda...
Fingimos detestarla, y la convertimos un tabú...
Ella, estigmatizada por el peso de su nombre, se mete por debajo de la puerta y de pronto se te vuelve adicción...
Nuestro yo enfermizo, nuestra otro lado y nuestra verdad incomoda...

La volvemos blanca para justificar su existencia...

Nos hacemos los sordos y los tontos...
Seres contradictorios, volubles, cambiantes...
Amantes de los para siempre, de esa mentira...inconformes y masoquistas
nos engañamos para seguir soñando que eso existe...
El miente para tenerla, le da un poco de eso que ella quiere escuchar...
y ella lo disfruta,  su vicio es la fantasía y la excusa para dejarse a caer...
Necesita de ella, dice amar la verdad pero es la mentira quien la domina...

La verdad hipócrita, la que nos conviene...
Esa que no parece tan verdad, pero que no llega a mentira...
La mentira que nos gusta, la que nos hace feliz...
Esa que no parece ser tan mala...
Ese sentimiento de es mejor no saber, de no buscar...
Por aquello de "el que busca encuentra..."
La verdad que pesa tanto, la que no es tan manejable...
La que puede doler...

Eso que no reconocemos...
Nuestra apego a la mentira...
Esa que volvemos piadosa, que nos ayuda a manejarnos...
Lo que queremos escuchar, que necesitamos...
Que nos dicen y decimos...
Nuestra mentira blanca,
Causante de más de un abismo...
Enemiga del desengaño, ese que pretende abrir nuestros ojos...
y que nos vela la foto con final feliz...

Es nuestro otro lado...
Nuestro secreto compartido...
La verdad que duele y es incomoda...
Que nos hace tan adictos a la mentira....
De ese otro lado, que no estamos dispuestos a confesar...