Sabes esas cosas de la vida que te hacen sentarte por horas a recordar alguna época en especial y decir: "Dios, ¿quien lo iba a decir?. Bueno, es algo así lo que me pasa por la mente esta noche.
Quise apartarme un poco de mis característicos posts intensos sobre alguna cosa personal, o de alguna otra cosa que veo pasar ante mis ojos y me lleva a escribir.
Esta noche, me siento profundamente conmovida con lo que está pasando en nuestro mundo, ante nosotros, frente a nuestros ojos y que muchas veces sabemos, pero dejamos ahí en algún lugar. Para pensarlo o comentarlo después.
Para hablarlo a modo reflexivo en alguna reunión entre panas, luego de la característica ronda de conversaciones de sexo y política que nunca falta.
Pero es eso pues, esa parte donde todos estamos filosofando sobre alguna cosa en particular de esta vida.
Hace unos meses volví a tener contacto con una de esas familias que han sido amigas de la tuya desde el origen de los tiempos.
Ese tipo de amistades de siempre, donde los padres y los tuyos son compadres, o amigos de toda la vida y así.
Recuerdo que fue agradable, fue darse los pin y números telefónicos,  agregarse en facebook y hablar por horas sobre todo lo que ha pasado durante el pocote de años que tienes sin saber de ellos ni de su existencia.
No puede faltar, las incomparables anécdotas de niños, el reírse de esos días y sentir nostalgia. De la bonita, de esa que es bien fina.
Seis hermanos, tres de ellos en especial, contemporáneos conmigo, prácticamente criados juntos porque vivieron en mi casa un buen tiempo.
Dos de ellos, varones, y una chama, fino pues, sabes. Entre ellos está tu primer "noviecito" de manitos agarradas y piquitos, -solo piquitos porque eramos chiquitos-.
El otro, como tu hermanito, el menor de todos, el más enano y el más tremendo. El que tu mamá se cansó de amamantar porque la suya estaba enferma y no podía hacerlo.
Y la chama, pues, la pana pues, la amiga compinche con la que hacías casi todo.
Años después de todo eso, nos reímos mucho con eso de que fuimos noviecitos, y que el otro estaba celoso y que la chama tal o cual cosa. Yo, empiezo una joda con el "enano". Ese que les acabo de comentar.
El más chiquitico que se puso grande, se volvió hombre y que está hermoso. Bello, pero de más. -Lo típico pues-, lo que pasa comúnmente.
Y entonces le digo que si hubiese sabido ese me jugaba ese "quintico" en esos tiempos. Jodas normales, sin malicia real, es que somos como hermanos pues.
Poco después, ese mismo enano, me insiste en que le consiga a una "amiguita" para salir y esas cosas, tu sabes.. Y yo, como no tiendo a cuadrar a nadie con nadie por un mero código de conducta personal, me hago la loca y aplaudo.
Sin embargo me decía internamente:  pero, ¿cuál es la insistidera?. Con lo bello que es seguro cuadra la chama que quiera, pero lo dejé pasar. No obstante, cada vez que lo veía o hablaba con él seguía insistiendo.
Yo pensaba, es la edad, las hormonas, está en esa etapa promiscua de algunos varones que acaban de despertar sexualmente y quiere copular con cualquier cosa que camine, respire o se mueva. Seguía haciéndome la loca y aplaudiendo.
O sea, a mi nadie me cuadra las parejas, so... no me pongo tampoco en esa porque pienso que son cosas que se dan solas y por supuesto, su edad y su ensalada de hormonas no lo dejaban entender ese pequeño detalle. Normal.
En alguna oportunidad vio a mi mejor amiga y como la chama es bonitica y ya crecimos, también quiso que yo intercediera con ella. Ella lo vió, me dijo: -Fulano si se puso bello.
Se dieron el pin, pero al final nada pasó porque para ella él tenía el cerebro como un maní japonés y se le notaba mucho el desespero por horizontalizarla. Anyway, problema de ellos, no me metí.
Meses después  me entero que ese muchacho tan bello, cariñoso, agradable y que además es dueño de todo mi cariño porque creció conmigo, es VIH positivo.
Si, me quedé muchos minutos en silencio. Muchos...
Y así como nos pasa a casi todos ante un momento así.
Sin temor a caer en clichés fastidiosos y siendo honesta, me pasó esa película de recuerdos por mi mente, todos y cada uno de los que ya relaté anteriormente aquí, y otro montón que no podría explicar.
Nosotros, siendo niños, tan alejados de ese tipo de peligros, tan a tiempo de aprender y centrarnos para no cometer el tipo de errores que cometemos siendo adultos y nos llevan a eso.
Y sentía una profunda consternación, bueno eso después de pasar el inmenso shock propio de tamaña novedad, pero bueno.
Una vez pasadas esas dos etapas, solo me pude sentar a pensar en cuantas veces en la vida nos topamos con personas atractivas, otras no tanto, pero que finalmente se ven bien, saludables y sanos y pueden estar infectados de esto o de cualquier otra cosa y no sabemos.
Y no pude evitar pensar en lo que podría haber pasado si mi mejor amiga y él hubiesen llegado a algo, porque hasta donde se, él tiene bastante tiempo con eso.
De modo que sentí temor. Temor por lo que podría haber pasado, pero también por ir un poco más allá y plantearse otros escenarios. Ya no solo era el pesar de saber que alguien que se crió contigo padece esa enfermedad, o es portador de ella, sino que así como él... puede ser cualquiera.
Que hay personas que van por el mundo, viviendo su sexualidad como si el mundo se fuera a acabar mañana y nada importa, pero pana, pero aun, que hay quienes tienen la desdicha de conseguirse la desgracia de un momento a otro sin saber, aun siendo personas mas centradas y responsables.
En fin, hoy, meses después de haberlo sabido me siento bastante preocupada porque es un peligro atreverse a relacionarte con alguien, porque o sea, los médicos se mueren y son médicos,  las píldoras son píldoras y fallan, los condones previenen eso y aun así se pueden romper, además no protegen de un VPH.
Y realmente te llegas a sentir amenazada. Porque por más que seas responsable y creerte muy selectiva con tu sexualidad, uno nunca sabe. Nunca se sabe.
¿Cuantos no conozco que infectan a sus parejas de toda la vida por andar de sucios por la calle?, y ¿cuantas cosas no pasan y uno cree que esta blindado y nada le pasará?.
Hoy en día, luego de meses de saberlo, todavía hablo con él y veo que sigue igual, que está pendiente de conseguir y coleccionar muchas experiencias con muchas mujeres.
Y aunque él no sabe que yo se, no puedo evitar sentir tentación de decirle algunas cosas.
Y peor aun, no puedo dejar de sentirme amenazada y preocupada por el daño que él podría causar a otros por su irresponsabilidad.
Honestamente creo que mundo está colapsado y descompuesto, y este tipo de cosas me irritan y preocupan tanto, porque finalmente, sientes que cualquier persona que pasa frente a ti puede tenerlo y tu no lo sabes, no te enteras, y siempre habrá una posibilidad de que llegue un "enano" desarrollado, que se presente ante ti como alguien presuntamente sano y te eche una vaina.
En fin, creo que me quedo con el mismo pensamiento de siempre, nunca se sabe, lamentablemente puede ser cualquiera, y eso aterra.
Se que no es buena la paranoia para manejar esto, y que depende de uno mismo cuidar su integridad para evitar y prevenir esas cosas, pero es que ahí está el detalle...
Nadie va a llegar a tu vida, presentándose y diciéndote soy fulano de tal y tengo sida.  Salgamos, nada te va a pasar.













... Seguiremos informando. 

19 de diciembre de 2012