Es extraño estar escribiendo sobre ti después de tanto tiempo. Después de tanto no sentir por ti, después de tantas veces que te amé, te odié y te olvidé.
Y no es por nada, se me da muy bien eso de conocerte, te me volviste predecible con los años, y con eso también me he replanteado ese tipo de pregunta infame sobre qué exactamente fue lo que me gustó de ti inicialmente. Tengo ciertas dudas al respecto, pero no importa.
Sin embargo, es raro sentirme así por el hecho de sorprenderme de lo poco que tu me conoces a mi.
Hoy fuiste más basura de lo que yo, - incluso sabiendo bien quien eres- podría siquiera haber imaginado que podías ser. Y créeme, eso es bastante.
Hoy te quitaste el traje adulador y esa forma petulante de engañar a tus presas para parecer un imago de caballero.
Se te olvidó el respeto que yo te enseñé a sentir por mi, para dejar que tu cerebro reptil dominara tu conducta, fuiste throll, cavernícola, terrenal y mundano. Fuiste eso que eres con esas mujeres con quienes te escribes a escondidas de quien duerme contigo. Sí, hasta eso sé.
Fuiste ese hombre básico y elemental que ella no sabe que existe, fuiste tú. Ese hombre que no merece ni a las que ha tenido, ni a la que tiene y yo me atrevería a decir que ninguna que a futuro decida pasarse por allí  Fuiste ese hombre que merece estar solo por ser una mentira.
Yo no me siento sorprendida porque dejaras salir tu parte escatológica, insisto, estoy sorprendida por lo poco que me conoces. Pensaste que por el hecho de tratarte bien podrías venir a intentar mover aguas pasadas y obtener lo que a tu juicio, siempre ha sido tuyo.
Pensaste que con esa actitud tan baja yo saldría corriendo a aceptar tus condiciones.
Que iluso eres. Ya no soy tuya. Y que bien se sintió ser vengativa el día de hoy.
Que bien se sintió decirte con las agallas bien abiertas, que no mereces ni el soplo del viento.
Y que por más que me desees y creyeras que siempre iba a estar esperándote, amándote, y supeditándome a tus inseguridades, ya no es así
Pero fíjate. Pasó lo que jamás imaginaste, yo fui quien te rechazó a ti.
Ya no me gustas, no te quiero y no te deseo. No me interesas
Ya no existes, ya no eres, ya no estás.
Tu orgullo salió herido, y ni haciéndolo mil veces más pagarías todo lo que yo sufrí por ti.
Sin embargo me conformo con dejarte claro que ya no soy blanco de tus desprecios, y que ya tus juegos no me convencen.
Que maravillosa es la vida cuando tienes estas oportunidades, por eso lo disfruto.
Confieso que mi morbo me hizo dejarte un espacio de duda, y un lugar para seguir intentando.
Pero no es más que mi ego asqueroso queriendo volver a sentirse complacido en volver a decirte que no.
No me culpes, yo soy lo que has hecho de mi y me quedo corta, por eso creo que a veces la madurez viene cuando sabes esperar los momentos indicados para actuar.
Y tal vez esta es una primera señal de ello.
...Jamás lo hubieses imaginado.


11 de octubre de 2011