Lo único que persigo con algo de desespero, con esa
necesidad ciega de poder apartar a los dependientes y controladores de mi
destino. Tal como quiso el creador, como está concebida mi existencia, y la de
cada uno de los seres de esta tierra súper poblada. Como debe ser, como siempre
ha sido, o como siempre trato de ser. ¡LIBRE!
Así mismo te quiero, libre.
Libre para vivir y sufrir tu dolor, para saborear la
inseguridad y la soledad, para que seas cualquier cosa que quieras ser, que
digas lo que tengas que decir y que hagas lo que debas hacer, sin mí.
Para que extrañes a quien quieres extrañar y esperes
por quien deseas esperar, hasta que te canses o hasta que regrese.
Para que cumplas tu misión, lo que Dios ha destinado
para ti en este momento.
Para que aprendas del error, y del desamor. Para que no ya no intentes tapar tu sol
con mis manos, y aceptes que debes superar ciertas etapas, para que aproveches ésta experiencia para tu crecimiento, para que seas y estés libre.
Libre de mí, de ti, de nosotros, aunque a ratos me
llegues a extrañar.
Aunque sientas por momentos un pequeño miedo, o por lo menos te cuestiones, libre para pensar, para seguir dedicando tus tweets a su ausencia, y sigas escuchando esas canciones que te hacen revivir momentos.
Aunque sientas por momentos un pequeño miedo, o por lo menos te cuestiones, libre para pensar, para seguir dedicando tus tweets a su ausencia, y sigas escuchando esas canciones que te hacen revivir momentos.
Libre para que incluso elijas a otra persona con quien
no pensar tanto, con quien compartir vivencias, o tal vez solo no estar
solo.
Libre para que vivas tu despecho como Dios manda, sin
sombras, sin compromisos morales, sin tanto no saber nada, y sobre todo, sin
tenerme ahí sin saber para qué.
Para no forzar un abrazo, para no forzar un beso y que
tu mente vuele a otra parte.
Para que le cuentes a otro amigo lo que sientes y éste
sea imparcial, no se vea afectado, no se sienta atacado, y finalmente, sea tu
amigo.
Libre yo, para poder acordarme de que era lo que
inicialmente buscaba en tu voz, y que de cualquier manera viene reflejando un
vacío dentro de mí. Que por cierto, tampoco puedo tapar contigo.
Libre yo, porque también lo necesito. Porque no es el
momento para poner mi carne al asador, porque no estoy preparada para querer
besarte y tú no estés seguro.
Libre yo, tal vez para hacer mis cosas, para comenzar
un nuevo año centrada en mí, y en las cosas que deseo hacer por mi bien.
Libre para tal vez llegar a extrañarte sin tenerte, y que al menos tenga más sentido que extrañarte teniéndote aquí.
Libres ambos, porque somos dos personas que buscan
cosas distintas y necesitan cosas distintas en este instante.
Libres sin expectativas pero en igualdad de
condiciones. Sin tanta excusa para ser inteligentes y manejar las cosas.
Libres quizás también darnos nuevas oportunidades,
libres quizás aceptando que hemos llegado en mal momento y que no hay que ser egoístas.
Libres para que cada quien cumpla la misión que le
toca sin arrastrar al otro.
Libres tú y yo.
Aunque yo en lo personal piense que somos tan iguales, tan uno solo, tan
para siempre.
Aunque haya sentimiento y tal vez una pizca de deseo.
Libres porque así nacimos, porque así debemos ser.
Libres porque no soy quien para dejarte libre, porque
no te tengo y no te tuve.
Libre porque así eres, porque así serás y porque así
es mejor. Porque no te voy a retener.
Sin contrato moral, sin dependencia, sin rutina, sin inconformidades
ni incongruencias.
¡Libres! tú y yo.
Porque libre eres, y porque no depende de mí que no lo
seas.
Sin pasado, sin futuro... y ahora también sin
presente.
Libres ambos.
29 de diciembre de 2011
Libres ambos.
29 de diciembre de 2011