Sin embargo, debo ser sincera conmigo porque a nadie se lo he dicho y posiblemente nadie me lea, pero quizás tu sí. Realmente en estos momentos es cuando me vuelvo demasiado buena o demasiado mala para mi gusto, es cuando mi discusion moral conmigo misma se intensifica exponencialmente y tiendo a culparme de todo, a dudar de todo y también a querer tomar acciones rápidas que me permitan liberarme del malestar.
Hoy mis ojos fueron víctimas de mi curiosidad, de mi imprudencia, de mi intención de no querer esperar que la sorpresa me sorprenda, y me dejé llevar por esa malicia, ese duende malo que te invita a saber más de la cuenta, a hurgar en los espacios donde no tengo espacio -valga la redundancia- y bueno, como diría mi mamá, "el que busca encuentra". Hoy leí el blog de ella, y leí lo mucho que significas.
Siendo otra, y siendo mujer me justificaría usando estas palabras, y diciendome que soy una víctima, que no tengo culpa, que los demás sí. Pero resulta que siendo un poco más sensata no puedo decirme que estoy libre de condena. Ciertamente yo puse el freno de esta situación hasta donde pude, y ciertamente ha sido efectivo en términos físicos, en términos operativos como diría mi antigua profesora de prácticas profesionales.
Pero ¿qué pasa en lo interno? ¿por qué me siento así? ¿por qué saber que te aman tanto me desmoronó el sueño de tenerte algún día? ¿por qué no puedo ser tan egoista como otros? y decir, me sabe a mier...coles por la tarde, te quiero para mí. ¿Por qué sentimientos del pasado se reflejan en mi presente al leer eso? ¿por qué ahora entiendo lo que incluso tu puedes estar sintiendo? ¿por qué tenía que ser así? Si tu pareces ser la persona que nació para mí, para abrazarme mientras duermo, para darme tu mano y llevarme, ¿por qué ahora ya no tengo ganas de quedarme?
Siento compasión de ella, porque te ama, porque eres la parte bella de su no tan agraciada vida sentimental, porque eres su luz al final del camino, porque cree en ti, porque quizás eres para ella y yo no lo se. Sentí compasión por ti, porque se que te confundes, se que no sabes que hacer, se que es difícil porque somos dos grandes mujeres. Pero también sentí compasión por mi, y esto quiero dejarlo claro, ninguno de los tres merece esto, y sentí compasión por mí porque sin verte una sola vez en persona te he podido sentir cerca, sentí compasión porque imaginé que quizás podíamos tener un futuro cuando todo esto pasara, sentí compasión porque me devolviste las ganas de querer creer en alguien, sentí compasion porque finalmente tu estás con ella y no conmigo.
Creo que eres como muchas de las cosas pasajeras que un día llegan a mi vida y se van sin dejar rastro, aun y cuando jamás te bese me has hecho feliz durante este tiempo solo con escuchar tu voz, saber que alguien se preocupaba por mi, que alguien estaba pendiente de mi, en fin te sentí parte importante de mis días, te metí dentro de mi rutina. A pesar que siempre te dije que no, siempre quise que fuera un sí, siempre quise que fueras para mi, que un día despertara y no fueras un sueño, pero así es la vida.
Yo asumo mi barranco y me voy, no sin antes decirte que no te esperaré, porque no merezco estar en esa posicion incierta y dudosa, pero no porque no quiera. Me voy porque no puedo quedarme sabiendo que alguien del otro lado te espera, te ama y te cree.
Me voy porque no puedo soportar saber que no eres mío, y no puedo a mis 23 seguir viviendo de ilusiones, los cuentos de hadas terminaros hace tantos años que no puedo hacerme la tonta.
Me voy porque no puedo controlar las cosas que nos pasan, no puedo ni podemos hacer nada para cambiar lo que está y existe entre nosotros y para nosotros.
Me voy porque ya me he quedado y no sirvió, me voy porque me fui y no sirvió, me voy porque si me quedo tampoco va a servir, me voy porque es lo mejor, porque sinceramente creo que no es nuestro momento, quizás no soy para ti, ni tu para mi.
Me voy porque no quiero seguirte castigando con mis incongruencias, con mis "si camuflajeados" con mis cambios de humor, de actitud, con mis miedos, inseguridades, mis groserías, mis malcriadeces, mi orgullo, mi mal carácter, mi exagerada sinceridad, mi bipolaridad, mi falta de tacto, no quiero seguirte confundiendo, no quiero que sigas tratando de satisfacer mis necesidades, no quiero hacerte la vida tan difícil y hacermela a mi también.
Me voy porque no soy egoísta, y quiero que seas quien debes ser, me voy porque soy egoísta al solo pensar en que te quiero para mi, porque no me da pena decir que no me quiero ir pero debo, porque no quiero tener solo pedazos, porque quiero todo, y porque quiero todo contigo.
Me voy porque ya no quiero rechazarte, porque ahora quiero verte, quiero abrazarte, besarte, estar contigo, y porque no se puede, porque no lo haré, porque prefiero jamás haberte visto, me voy porque me quiero, porque te quiero, porque no quiero eso para nosotros y porque no es la primera vez que me toca irme.
Me voy de esta manera, porque ya lo intente de otras muchas y no puedo, no podemos...
Me voy porque me volví adicta a tu voz, a tu seriedad, a tu compañía, a tus besos virtuales, a tus mensajes, a tus llamadas, a tu delicadeza, a tu inteligencia, a tu cariño, a tu presencia, a las riñas, a extrañarte, a tus intentos por manipularme, a mis intentos por manipularte, a las discusiones, a la esperanza de que eras tú el que siempre busqué. Me voy porque soy vulnerable ante esto.
Me voy porque quizás asi puedo tan solo vivir sin pensar tanto en el mañana, porque asi tal vez puedo disfrutar mejor mi presente y dejarlo en manos de ese Dios en quien tanto creo, el tendrá la ultima palabra. Me voy porque si lo hago puedo vivir lo que me toque, y a pensar de que esperé tu llamada, tu tendrás tu vida y yo la mia.
Me voy porque no te quiero amar, y prefiero irme antes que eso pase, porque eres quizás mi otra parte, ese lado mio que se perdió en algún lugar del camino y como te he dicho, puede ser demasiado peligroso.
Me voy para dejarte que vivas lo que tienes que vivir con ella, porque no puedo pedirte que hagas más, porque se que no quieres hacerme daño, porque no quieres hacerle daño, porque la que sobra aqui soy yo, porque se que lo que nos pasó es verdadero, pero ¿sabes? lo más importante es que me voy porque se que no vas a jugartelo todo por mí, porque se que esas cosas son bastante improbables y no quiero jugar a la ruleta rusa después de haber conocido el dolor de la derrota.
Finalmente, me voy porque así debe ser niño, porque las cosas de la vida son extrañas y no las inventé yo, sin embargo te agradezco infinitamente el hecho de haberme enseñado una cara diferente a todo lo que he conocido, gracias por haber compartido este agradable rato contigo, asi fuera por esta vía, gracias por haberme acompañado en buenos y malos ratos, y por ser alguien tan especial para mí, por hacerte querer y extrañar, por hacerme soñar, por hacerme escribir cosas bellas, por ayudarme a volver a creer que puedo sentirme querida, por insistir tanto, por estar ahí hasta cuando me enfermé. por todo mil gracias.
Si en mi camino se cruza alguien especial lo tomaré sin reserva y daré gracias a Dios, si en tu camino hay muchas rosas no las dejes morir, riégalas, cultivalas, protégelas, no las mates, pero sobre todo hazme caso en esto, si al final de todo este camino tu eres para mi búscame y si yo soy para ti, y no hay nadie más ahi estaré.
Sin más que decir, me despido... te quiero muchísimo, mucho más de lo que estoy dispuesta a reconocer y lo sabes.
También me gusta el cielo estrellado que a veces se puede ver, el silencio..., Que tanto en la música, como en la vida es tan importante para agregar sentido a los ruidos internos, y por supuesto, la oscuridad..., quien sin querer me invita siempre a pensar y a reflexionar.
Siempre pensé que esto podría ser un caso fortuito, que se trataba simplemente de una preferencia, o el gusto por la tranquilidad de permanecer en esa calma que me invade, y que alborota mi intensidad característica.
Desde que recuerdo me resulta muy curiosa esa atracción irreverente que siento por la noche, y todo eso que ella despierta en mi y en mis sentidos. Sin embargo nunca busqué un culpable, fuerza mayor, o un motivo quizás menos razonable que lo antes expuesto, no se, quizás algo místico, sobrenatural, o algo fuera de mi alcance. ¡Que se yo! Quizás la Luna.
Lo cierto es que recuerdo que de pequeña, caminaba por la calle con mi mamá y ella siempre me decía esta adivinanza: "redonda como una taza, y va contigo hasta la casa, ¿quién será? Por mucho tiempo pensé sobre qué podría ser, qué era eso que iba conmigo hasta mi casa, qué puede ser tan inseparable, y el día que supe que era la Luna me pareció fascinante y además muy real, porque literalmente la Luna esta en todos lados no importa donde vayas.
El hecho es que saber todo aquello fue bastante significativo para mi, por supuesto siendo una niña que con suerte tendría seis años, sentía que había descubierto un tesoro oculto por años, sin embargo nunca me importó demasiado, no tanto como ahora. =)
Hoy me doy cuenta de que quizás siempre estuviste LUNA, que tu representación para mi fue otra por un tiempo, pero ahora entiendo esa analogía, el hecho de que estando tan lejos puedas estar en todas partes, y que desde donde yo me encuentre te pueda ver y sentirte cerca, que además de todo puedas iluminar cuando ya no hay luz y por si fuera poco que tengas una incidencia directa en lo que hago.
Quizás soy LUNATICA, quizás me encanta serlo, quizás me encantas tu. Pero muy probablemente eres el único culpable, el causante de que esté tan loca, y el causante de que me guste tanto estarlo, la razón por la cual amo tanto la noche, y la razón por la cual a veces puedo soñar con que a ti pertenezco. Aunque no lo sepas ni te lo diga tan solo al saber que existes siento que te puedo tocar, porque estando lejos estas cerca, porque estas aquí y allá, porque quizás siento que es aquí a donde tu perteneces. Pero sobre todo porque por más que llueva, la Luna siempre está en su mismo lugar, y se que por más que esté nublado y no te pueda ver sigues estando ahí.
LUNA, ¡como me gusta estar loca! Y me gusta que lo entiendas, que lo sepas, y que ames que lo esté, pero más me gusta saber que cuando leas esto sabrás que es para ti, y aunque los demás no comprendan que en medio de mi locura estoy siendo muy cuerda, tu y yo sabemos que si y que esto es real.
Y siendo así nada más importa!
Loving you!
Entre todas las posibles frases trilladas que se me podrían ocurrir, decidí usar una para esta oportunidad; para no apegarme a los sistemas, no haré de esto una cita textual y así no suene tan deprimente como suele parecer. Parafraseando la idea principal lo podría resumir de esta manera: debemos tener la suficiente humildad para reconocer cuando hemos fallado, cuando nos equivocamos y cuando no estamos actuando con coherencia, cuando lo que proclamamos no es lo que practicamos. (eterna diferencia entre el discurso y la práctica)
¿A que viene esto? Bueno, simplemente a veces hacemos balances internos, y la suma de ganancias y pérdidas nos dictan la pauta, nos dicen cual será el reproche del momento, o la condena que nos aplicaremos nosotros mismos por haber fallado. Empezamos a auto flagelarnos con las angustias que nos produce el no poder revertir los daños, o recoger el agua perdida, pero más allá de eso, creo que tiene mucho que ver con la gran inconformidad que sentimos frente al entorno, se nos va escapando la inseguridad cuando estamos frente a nuestras facetas mas débiles, y nos volvemos indefensos ante lo que sentimos que nos ataca por la espalada. En fin, somos muy tontos en muchas ocasiones, porque bastaría solo un poco de humildad para poder al menos disminuir las cargas y en algunos casos hasta poder remendar el asunto.
Cuando digo que algunas veces declaramos cosas que no cumplimos, es en el más puro sentido literal de la expresión, decimos ser muy fuertes, y además aprendemos a aparentarlo de manera casi imperceptible, ¡ja! Somos actores señores, actores de la película de nuestras vidas.
Lo cierto es que a veces por cuidarnos demasiado de otros, o de nosotros mismos, nos armamos un mundo paralelo, donde solo tenemos llave nosotros mismos pero que al fin de cuentas te sumerge en el laberinto de ser dos personas a la vez. ¿Y qué tan malo puede ser? Quizás muy pertinente para poder estudiar cada paso que damos, y para intentar no ser burlado por alguna llave maestra que abra las puertas de ese sitio y nos descubra, pero todo eso tiene sus contra, y siendo muy sinceros, esa suerte de circo nos vuelve un poco fríos y bastante mecánicos si se quiere, desconfiados, incrédulos, agresivos, temerosos, y para que más nos duela eso se traduce en inseguridad. ¡tarán! Hemos llegado al orgasmo de la conversación.
Entonces uno dice de nuevo, ajá… ¿Y qué tan malo puede ser? Y nada, terminas dando patadas de ahogado y con argumentos cargados de orgullo y además soberbia dices: “que va, a mi no me va a pasar otra vez”. Pero, ¿qué cosa? fácil, eso o aquello que nos sucedió y que de paso no hemos superado, pero que con una necedad infinita decimos que ya es pasado, aun y cuando haya dejado una huella permanente en uno mismo, y por eso nos cerramos. Claro, todo eso no se dice, y no se acepta, pero está ahí, existe y es real, y es el arco reflejo que está detrás de toda la parafernalia que te inventas para darte tu mismo la razón.
Bien, es ahí donde se esconde la persona insegura que no quiere dejar que el pasado sirva para lo único que sirve, sumar experiencia. Porque nosotros elegimos llevarlo a cuestas como una cruz que te hace seguir aferrada a ese miedo pendejo que te idiotiza de pies a cabeza. Ajá, ¿Y qué tan malo puede ser? Bueno señores, se nos va la vida, se nos van las ganas, se nos van oportunidades, se nos va el tiempo, y resulta que nada de eso se recupera, nada de eso se sienta a esperar por nosotros hasta que se nos quite el berrinche, la vida sigue su curso, y uno se ancla en los karmas que te vas adjudicando inocentemente.
Digo inocentemente porque nadie quiere convertirse en una tumba de emociones, nadie quiere ser un hielo, nadie quiere morirse por dentro, queremos sentir, necesitamos sentir, pero el miedo nos cercena todo camino posible hacia la plenitud, porque no es sino una excusa para no intentarlo, un “pero” para lo inaceptable. Pero aun así lo seguimos haciendo, seguimos condenándonos, seguimos creyendo que nos estamos comiendo el mundo, que somos omnipotentes y que nadie nos vuelve a tocar, y literalmente es así. NADIE NOS VUELVE A TOCAR!
Se que puede sonar demasiado nefasto lo que a veces escribo, pero irónicamente cuando nadie esta dispuesto a escuchar mi voz, mis manos se animan para dejar salir todo lo que algunas veces atraviesa mi cabeza desde que empieza mi día, y que ha sido así desde que tengo uso de razón. Y en virtud de eso, trato de ayudarme a comprender lo que a veces está tan enredado en mi mente que se me vuelve clave Morse, código alfa, o quizás alguna lengua lejana de la cual no se tienen registros, pero que atormenta, atormenta mucho, al punto de volverme tremendamente solitaria y muy cerrada para con el resto.
A veces sin querer o sin saber, nos anulamos como persona por querer cubrirnos ante el dolor, y nos volvemos casi una cosa inanimada, y sencillamente tenemos que caer en cuenta de que no podemos desprendernos de esas raíces que interconectan nuestras emociones, y nos vuelven un todo lleno de vida, deseos, expectativas, y aspiraciones, las cuales tarde o temprano salen a la luz, y nos dejan indefensos, ya que no sabemos como manejarlas por falta de costumbre.
Es natural que a veces no escondamos de nosotros mismos, de nuestra realidad, pero el riesgo que se corre cuando nos escondemos en nuestras inseguridades, es que nos deshumanizamos a tal grado que nos volvemos analfabetas emocionales, o quizás unos sonámbulos buscando donde echarnos a dormir de nuevo, pero ¿qué hay de todo eso que se va perdiendo? ¿A dónde se va aquello que se nos va olvidando por desuso? ¿Dónde quedan las ganas de seguirse cayendo y levantando? ¿En qué momento dejamos de ser humanos? ¿Por qué nos negamos las posibilidades de ver un nuevo amanecer? ¿por qué nos negamos nuevas oportunidades?
La respuesta: el miedo, el cual es el detonante de una gran cantidad de inseguridades de las cuales ya hablé y que definitivamente, NO SIRVEN PARA NADA. Porque cuando la condición humana se le antoja asomarse y salir no hay quien la pare, y más allá o más acá volveremos a caer ante nuestras necesidades y demandas. Es justo cuando dices, he perdido mi tiempo, sigo siendo indefenso ante mis emociones, no puedo embaular esa quebrada por toda la eternidad, es como el agua que sigue su cause y no hay más nada que decir.
De manera que, en este momento creo que me voy a dejar seducir una vez más por mis necesidades, por mis instintos y mi intuición, solo dejaré que las cosas sean y pasen como tengan que pasar, pero no seguiré siendo la cobarde que por miedo se esconde detrás de las faldas de la coraza. Me cansé de hacerme la dura, me cansé de mantener por tanto rato esa actitud de “aquí no pasa nada” y prefiero dejar que todo fluya y que salga sapo o salga rana, pero poder decir después de todo VIVÍ, ME CAI, LLORÉ, FRACASÉ, ME VOLVÍ A LEVANTAR Y AHORA YA NO SIENTO MAS MIEDO.
Y si el día de mañana lo llegase a sentir, o me fuera mal, creo que tendré los suficientes ovarios para enfrentar el chaparrón y decirle al miedo no voy a aplazar más nada por tu causa, porque después de tanto caminar, me has demostrado que solo has sabido sabotear y dejar muchas dudas que no me gusta contabilizar casi nunca.
Sin más que decir, esta humilde servidora cree que terminó este escrito jaja… gracias a los que se toman el tiempo de leerlo, pero mucho mas agradecida con aquellos que no lo leen porque así me sigo sintiendo de la confidencialidad de mi propia cárcel. (mi soledad)
Hace algún tiempo, ya no recuerdo cuanto, salí a pasear a mi perro como de costumbre, recuerdo que yo me sentía un poco extraña, quizás por la cercanía de la visitadora mensual, o que se yo, lo cierto que es estaba un poco aburrida y quizás hasta molesta por un no se que.
En eso se me acercan tres niños en unas bicicletas, y empezaron a hablar conmigo y a hacerle cariño al también mal humorado Blacky, en eso uno de ellos me dice: -mira, yo también tengo una perra. y yo le dije: -¿si, y cómo se llama? y no recuerdo que nombre me dijo, pero era uno de esos muy comunes que se le ponen a los perros, luego de decir su nombre me dice: -si, pero ella comió mucho y se le infló la barriga y luego tuvo perritos. -yo me quedé callada- y luego me reí y solo le dije: -¿si, ah es por eso entonces? y el me dijo muy seriamente que si, en ese momento se me quitó toda incomodidad posible y solo pensé, ¡que fácil es ser niño! además que bello, que puro, que tierno, que perfecto.
Para ellos todo es sencillo, todo tiene un sentido más natural, no tienen máscaras, ninguno es malo, y me hizo recordar ese mundo del pensamiento mágico que estudié en psicología, que solo tienen los niños, es decir, que todos solíamos tener y vamos perdiendo al crecer, y solo me podía sentir idiota por estar de mal humor sin saber, porque los niños jamás hacen o sienten las cosas sin saber, son mucho mas seguros que nosotros, además de mucho mas consecuentes con lo que dicen y hacen, de inmediato me cambió el animo y me puse a hablar con ellos otros rato, hasta que me dí cuenta de que había pasado como media hora, y debía subir a mi casa a terminar de hacer algunas cosas, pero de verdad que fue una sensación linda, fue atreverme a dejar a un lado los pensamientos de adulto para ser una oyente y aprender algo bueno de ellos.
Lo mejor de todo es que no solo se aprende de ellos, sino de uno mismo, porque piensas que efectivamente esa es una época perfecta, donde nada te preocupa, nada te perturba, nada te molesta, y donde tu mayor problema era aprender a patinar o a manejar bicicleta, y quizás esa retrospectiva es buena para pensar y liberarse de malas vibras.
Algunas veces, cuando vamos creciendo también adoptamos muchos miedos, y somos un tanto insensibles a muchas cosas, también cambian nuestras necesidades y expectativas acerca de la vida y de nuestro entorno, vamos mutando con el tiempo, y no siempre nos preocupamos por seguir siendo un poco niños, yo intento todos los días seguir siendolo, y a veces eso me trae problemas con los que son muy adultos, pero bueno el asunto es que suelo ser muy radical y quizás debo trabajar en las medias tintas.
Hablo muy en serio en cuanto a eso, porque no olvido aquellas cosas que cuando era niña me lastimaban, o me hacían sentir mal, y trato en la medida de lo posible no reproducir eso con otros niños, porque es como si yo pudiese sentir lo que ellos sienten en esos momentos, un ejemplo de ello podría ser cuando estamos hablando entre adultos, y a algunos les molesta que un niño interrumpa para decir algo, y se le dice: -cállate, están hablando los adultos. Ciertamente yo entiendo, acepto y comparto que eso es parte de formar su educación, de hacerlos niños correctos, pero el asunto está en que recuerdo como si fuera ayer cuando yo quería hablar, y quería decir algo y se me ignoraba o se me mandaba a callar y se siente feo. Y de inmediato cuando veo cosas así, me pregunto ¿qué hay de malo en escuchar que nos quiere decir?, ¿dónde se ha dicho que los adultos somos reyes y que tenemos el único derecho a ser escuchados?
Puede ser muy contradictorio que yo diga que lo entiendo y lo acepto pero a su vez esté en contra, pero realmente se trata de las formas, las maneras que se emplean para hacer que un niño entienda las cosas que les queremos hacer saber, pienso que como adultos debemos tener las herramientas suficientes y el tacto para tratar con un niño, que finalmente no es más que un ser que se está formando de nuestra mano, y que depende de nuestra dirección, pero no de nuestro maltrato.
Creo que algunas veces algunos adultos olvidan por completo el hecho de que fueron niños, y que también pudieron haber fallado, que les dijeron no hagas eso e igualmente lo hicieron, que se rasparon las rodillas por estar corriendo, que brincaron en la cama aun y cuando eso no se podía, se portaron mal en el colegio, o hicieron alguna travesura,en fin, hay quienes dicen que así fueron criadas y solo aplican esos métodos para con sus hijos, pero también hay quienes hacen todo lo contrario porque sienten que con ellos no funcionó.
Frente a esta dicotomía cualquier padre responsable se detendría a pensar ¿qué es lo correcto?, ¿cuál es la forma adecuada? y es que hasta yo lo hago, y cuando lo pienso concienzudamente siento miedo de cuando me toque asumir el reto de ser madre, porque nadie te puede decir si está bien o no, todos cometeremos errores con nuestros hijos, como nuestros padres lo han hecho con nosotros, porque nadie es perfecto, nadie está en posición de culpar o juzgar. Sin embargo, cuando vemos situaciones donde verdaderamente los adultos no son responsables de asumir su posición como tal y ser la guía para ese niño, sino por el contrario lo maltrata, es cuando no hay justificación posible.
Yo creo que lo que sucede en esos casos, es que el adulto no tiene la capacidad de separar, entender que las cosas que hacen los niños son y deben ser pensadas desde la perspectiva que ellos mismos tienen de eso, es decir no podemos como adultos ponernos al nivel del niño, debemos mas bien asumir que es un error que comenten por su misma condición de niño, y tener presente que nosotros también lo hicimos, por supuesto no dejar pasar el incidente ni avalarlo, pero hablar con ellos y hacerles entender por que no estamos contentos con lo que están haciendo, les puedo asegurar que tocar la emocionalidad del niño ofrece más y mejores resultados que muchos correazos, y mi experiencia habla por mí en este momento.
Cuando hablo de no pensar el problema como adultos, sino como niños es precisamente no ahogarse en un vaso de agua por las cosas que puedan hacer ellos, por más grave que pueda parecernos, es grave para nosotros pero para ellos no, mayormente cuando ellos hacen las cosas no las piensan antes -como hacemos nosotros- y no hablo de que nos dé lo mismo que pase con ellos, sino más bien que les demos entender que hicieron mal pero no tomarnos eso demasiado a pecho.
Yo puedo entender que quizás esto pueda parecer un poco fuera de lugar y no muy adecuado para muchos, pero es que verdad he aprendido a ver las dos caras de la moneda, realmente el niño jamás olvida, y crece con esas cosas que le faltaron o le sobraron, y de verdad, pienso que no hacen falta los golpes ni los maltratos verbales para que un niño sea excelente, solo depende de nuestra inteligencia y de nuestra dedicación el hacer de ellos personas buenas y seguros de sí mismos, claro hay muchas maneras de hacerles daño, no solo lo que se ve y se puede palpar los perjudica, sino también aquellas cosas que los anulan como personas independientes a nosotros, es decir, cuando los cuidamos de más y los sobre protegemos, haciéndolos inseguros e incapaces de salir adelante solos, pero ese no es el punto ahora.
Verdaderamente, estas son las cosas que realmente hay que sentarse a dialogar con otros, sin embargo, en mi propio dialogo interno, del cual mayormente nunca nadie se entera, surgió todo este mar de formas de entender una realidad, fundamentado en la más pura expresión de la experiencia empírica que te brinda el contacto con los niños, lo cual te vuelve mas sensible a sus procesos, a sus formas de decirnos quienes son y como quieren que los veas, lo más importante de todo es darnos cuenta de que efectivamente somos lo que va quedando de esa época donde fuimos como ellos, y nunca pero nunca debemos olvidar de donde venimos, lo que nos constituye y lo que llevamos por dentro, quien daña a un niño tiene todas las de perder porque se daña a si mismo y marca a otro para siempre, además que tendrá la responsabilidad de aquello que formó y muy seguramente cosechará el fruto de sus acciones con el pasar de los años.
Ya que tanto te esperé y llegaste, quiero que sepas que tuyo es todo el universo donde vivo, te regalo cada recoveco de mi mente, cada sueño roto, cada lágrima perdida, y cada momento de angustia como muestra de toda la falta que me hiciste.
Gracias por hacerte esperar, porque de otra manera no serias lo que eres para mi, gracias por ser tan perfecto -perfecto para mi- hecho a mi medida, como siempre te soñé, como siempre te busqué.
Gracias porque te amo, gracias porque amarte me hace libre, porque ya no quiero seguir viviendo sin la esperanza de algo mágico, gracias por hacerme parte de ti, gracias por tanta alegría, ¿cómo es que el tiempo se tardó tanto en devolverte a donde perteneces? te pido disculpas por el cansancio que sentí al buscarte y confundirte con otras caras, buscarte en otros labios, en otras manos.
Por ser un hombre en todo el sentido de la palabra, por vivir tu vida junto a mi y por no querer estar en otro lado, por tu risa, tu alegría, tu tristeza, tu fortaleza, tu optimismo, tu honestidad, tu simpatía, tu serenidad, tu determinación, por tantas cosas que se me escapan y que te hacen merecedor de todo lo que por ti siento.
Te invito a ser parte de mi ser, para ti amor de mi vida, que seguro no sabes que existo, pero has nacido para mi, hoy quiero decretar que cada día que pasa estas mas cerca de mi, porque se que existes, que estas en algún sitio de este mundo tan inmenso y a veces tan pequeño, porque estas esperando o quizás viviendo otra vida que no es la nuestra, pero estas, existes y tal vez me estas buscando mientras yo te espero, ya amo la idea de que estas respirando y vives, pero no te apures demasiado, tenemos nuestro tiempo y nuestro momento, aquí estoy, aquí siempre he estado y aquí seguiré, porque tengo fe en que todo esto no es un sueño.
Cosas que escribo cuando tengo ganas de soñar, a veces la realidad se hace monótona, y nos hace falta un poco de fantasía, que nos haga la vida mas sencilla y nos alimente la esperanza, esa idea fugaz de que después de tantos sacrificios la recompensa es grande. Aunque pudiese resultar un poco cursi, quizás un poco soñador de mi parte, es bueno para iluminar esos días grises, que nunca faltan y siempre sobran...
Esto es mucho mas que una mujer intentando soñar como niña de nuevo, representa toda esa parte reprimida por la coraza que en el ejercicio de vivir nos inventamos, representa esa parte que no ha muerto pero vive dormida a fuerzas, y muestra lo que espero, necesito y lo que aun sigo soñando aunque ya no sea tan niña.
ESCRITO EL 27/05/10 esperando por el ser que me inspiró para hacerlo
A ratos alguna cosa pasa por mi mente y me inquieta, y empiezo a analizarlo todo, quizás pierdo mucho tiempo de mi vida en eso, y luego me pongo a pensar tantas cosas, que olvido el punto central de análisis.
Mi mente piensa tan rápido que no me deja detenerme por mucho rato en un solo punto, hay tanto que quiero decir que muchas veces termino diciendo nada, y también preguntándome ¿será que la del problema siempre fui yo? Y finalmente me respondo: me importa muy poco, así soy y así seré.
De cualquier manera siempre vivo en una eterna duda, dudo de todo lo que está, incluso de mis propias cosas, y en medio de ese redescubrimiento constante he aprendido a comprenderme a mi misma, a establecer diferencias y a tratar de nivelar las cargas.
En esta oportunidad tengo una seria discusión interna con lo que podría llamarse mi forma de ser y de pensar y la forma en que eso es percibido por el resto, me he dado cuenta de que tengo un carácter bastante camaleónico, soy fluctuante y a veces muy contradictoria, sin embargo hay ciertas cosas que se mantienen con cierto aire de coherencia, por ejemplo mi sentido de la justicia inquebrantable, en eso soy bastante consecuente.
Anyway... Siempre me he sentido demasiado diferente, no se si por ser la nota discordante, irreverente, o volviendo al punto anterior, porque posiblemente la del problema soy yo, pero lo cierto es que no me siento parte de muchas cosas de mi entorno y no saben lo orgullosa que eso me hace sentir.
Por ejemplo, no me enloquece la moda, ni me quita el sueño ir al estreno ir a la nueva película mil millonaria, tampoco soy una adicta de la televisión, ni me la paso jugando en internet, ni play station, no me gusta estar metida en casa ajena, ni el compinche, etc. En fin, soy yo, y no quiero decir con esto que quienes lo hacen están errados, cada quien es como es.
Siguiendo esta idea, hay cosas que son muy mías, que hablan de mi, de lo que soy y lo que hago, muchas veces molesta que sea como soy, muchos detestan el hecho de que me como las uñas, le pongo salsa de tomate a la sopa, soy imprudente, o simplemente porque soy dispersa y todo se me olvida.
Para mi todo esto es normal, y también puedo llegar a detestar muchas cosas que otros hacen, pero no me dedico a buscar esas cosas que yo no haría para poder tener algo que criticar y entretenerme, no señores, yo siempre lo digo, vivo en mi mundo paralelo, y ahí me reservo el derecho de admisión.
El asunto es que, a veces no entiendo ¿por qué tengo que decir cosas que no siento solo porque cumplir el protocolo?, ¿por qué tengo que callarme la boca para no sonar grosera? Detesto todo lo que es impuesto, lo que se debe hacer irracionalmente sin importar que no tengas estómago para soportarlo.
Quizás por esta razón debo encontrar un oficio donde pueda ser yo y no tenga que sentirme acorralada, ¿o mas bien debería cambiar yo y adaptarme? Quien sabe. El hecho es que yo solo puedo ser como soy, no puedo siquiera imaginarme tratando de ser otra persona.
Retomando el punto, quiero de verdad dejar muy claro que no estoy armando un berrinche de inconformidad por mi desdichada vida, NO! Adoro mi vida, me gusta sentirme foránea en mi propio territorio, porque aunque a veces me hago todas estas preguntas, me siento bien, nunca me siento realmente afectada, pero si me surgen inquietudes puesto que es probable que la loca del asunto sea y siga siendo yo, pero whatever.
Entre todas las posibles opciones que tengo a la vista, siempre preferiré seguir siendo la misma persona que le gusta la soledad pero que a ratos espera que alguien la rompa y me haga sonreir. En fin, queria solo ordenar mis ideas y exponerlas de manera clara. Gracias a quien me lea.